José Luis Sánchez

@joselua

OPINIÓN DE “LAZOS” - La madre con las tijeras en la mano.

Este texto logra entre muchas cosas; recordarle a uno la voz de una madre de tantas que luchan por sostener el hogar, por conseguir y preparar la comida, por las batallas diarias, por dar calor a un espacio casi siempre frio y yerto. Por la historia que se cargan a veces en hombros cansados de soportar la ruina y las migajas.

A fin de cuentas una historia de fuerza, de valentía, de verdades. También encuentra uno la voz de un hijo. Que podría ser uno, un amigo, ese conocido que se identifica con rapidez. Vemos en “Lazos”, la figura de algunos personajes de ciertas características colombianas y sociales. Abuelas, tías o madres, uno sabe dónde ubicarlos a esos dos. Tenía la sensación de que la ficción que estaba ante mis ojos era demasiado extrema, pensaba que tales cosas jamás sucederían, pero uno se encuentra no solo con el texto sino con la propuesta de dirección de Vimi Rico, quien supo leer con acierto un material que proponía un reto: La imagen de dos personajes con lazos en sus cuellos, que como el juego del ahorcado cada texto iba tensando más esa cuerda, los va acercando poco a poco al límite. Un cuadro donde a través de un celular puede uno ver diferentes dimensiones de la acción, el personaje de la mujer, su hijo y un cuadro más abierto que entra después con cierta sorpresa y satisfacción. La propuesta parte de algo tan sencillo y complejo a la vez como la relación madre- hijo dentro de su casa.

Aquí se tiene la sensación de que cualquier palabra mal puesta detonaría todo. Y es que la actuación de Natalia Montes y Carlos Mendigaña es bien poderosa, se odia y se quiere con rapidez. Uno espera una reacción pronta ante tanto que sufre cierto personaje. ¿Será el encierro? o ¿una cuestión de género? , la tradición. No sé. Pero pasa, pasa todo el tiempo. Se normaliza, se calla. Y así como lo menciona Nicolás Gonzales, el autor de este texto, uno parece estar presenciando un cuadro de Beckett, una situación de esas que son propias de ese brillante dramaturgo: extrañamiento del tiempo, ensoñaciones, intervenciones dislocadas en los parlamentos, personajes rotos, descompuestos.

Seguramente cuando vean la propuesta van a encontrar tanta sorpresa como yo, tantos sentimientos encontrados, porque en lo particular este texto me propuso muchas oportunidades para decidir. ¿Qué haría yo?, lidiar con ciertos diálogos, pensar, cómo resolver ciertas decisiones. Un texto de odios, de culpas, de injusticias, de historia, de generaciones rotas, de intentos para cambiar, de aguantar el dolor, pero sobre todas las cosas, una fuerte narrativa desde la vista de un hombre sobre la vida de una mujer. Una ama de casa, una esposa y una madre, que primero fue hija, ella lleva los hilos, aunque no lo parezca, decidirá finalmente si cortarlos o dejar que todo siga igual. Hasta que esos hilos algún día terminen de asfixiarla. Definitivamente cortar el lazo.

Solo nos quedará esperar una nueva transmisión, una nueva oportunidad para verla, para disfrutar este encuentro que a pesar de estar cada quien en casa, aislado en su unidad, se percibe la energía del teatro, la esencia de lo que nos encanta encontrar cuando vamos a una función. Bienvenido el dialogo con otros dispositivos, bienvenido la experimentación y por supuesto que me vengan más propuestas como ésta a plataformas como cuarentenact, que impulsan y apoyan la creación.

José Luis Sánchez

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